El azul profundo de los ojos de Cate Blanchett enmarcados por su corrido maquillaje, una maltratada imagen de desaliño, una verde banca de parque anónimo y la personalidad cuasi esquizofrénica de Jasmine son los elementos de la última secuencia de la nueva película del genio del "cine gabacho” Woody Allen, una pieza imperdible para el cinéfilo buscador de algo propositivo y provocativo, obra llena de líneas virtuosamente satíricas, dramáticas, trágicas, cómicas en una sola toma.
El impecable diseño de arte, de vestuario, la ambientación, la fotografía, la música, la cámara, las actuaciones, todo manejado sin mácula como generalmente lo hace el experimentado director oriundo de Brooklyn permite al espectador olvidarse de distracciones y entrar en el mundo desmoronado de Jasmine, mundo con el que inmediatamente comienzas a conectar neurona y emoción, en el que fácilmente te sumerges en los diálogos que Woody construye y que sus actores materializan de manera virtuosa.
El diminuto cineasta no necesita
de un reparto exótico o más bien exótico sí, pero no en cuanto a actores de
renombre sino en cuanto a actores mundialmente desconocidos en su mayoría además
de Blanchett, porque Baldwin solo aparece de vez en cuando, aquí encontramos
una constante en las creaciones de Woody Allen, en el reparto encontramos
actores que quieren actuar y que la “mística alleniana” los transforma explotando
sus dotes de manera autónoma pues los mismos actores han declarado que no hay
presión más allá de la normal por parte del director en comento.
El tiempo es llevado de manera
tranquila y sin prisas para mantener al espectador atento, habitualmente quien
se sienta a mirar y admirar una película de Woody Allen sabe que de pronto el
contenido del guión le hará hacer más de una pausa mental para ubicar información
en su propia cabeza y que eso dará un toque, si acaso no de pesadez, sí de
reflexión constante.
En resumen la historia es tan
simple como la vida misma, una mujer que ha perdido su estabilidad emocional y
financiera llega a refugiarse a la casa de su hermana, con quien ha tenido
siempre una relación tormentosa, con la intención de hacer una nueva vida pasa
por situaciones en las que sus “demonios” la persiguen y la atormentan haciendo
que termine en dónde comenzó, a un paso de la completa demencia.
Cate Blanchett con una actuación más que pulida y cobijada por los demás elementos cinematográficos de Blue Jasmine es contendiente y merecedora del Óscar curiosamente como muchos de los actores que han interpretado personajes de Woody Allen, además la película está nominada por mejor guión original categoría que se ha llevado tres veces el genio neoyorquino. Degustar esta película será un placer para el espectador.
Aquí un par de entrevistas: