viernes, 18 de diciembre de 2015

¿Podremos?

Juan Carlos Monedero
Curso urgente de Política para gente decente
México, PAIDÓS, 2015, 246 pp.

Hace casi quinientos años los conquistadores españoles determinaron que los habitantes de estas tierras tenían alma, lo cual a la luz de las fuentes históricas no se alcanza a entender como positivo o negativo. Hace poco más de doscientos años los habitantes de la Nueva España se emanciparon de la corona española, también a la luz de las fuentes no dilucidamos a ciencia cierta si esa fue la intención original de los insurgentes. Hace poco más de cien años los habitantes de este país expulsaron a la élite criolla y confiscaron sus bienes, en nombre de la revolución. Hace más de setenta años el presidente Lázaro Cárdenas reabrió las puertas de este país para nuestros hermanos españoles en persecución.

  Hace treinta años una desgracia como la del sismo en la Ciudad de México en 1985, curiosamente con la figura del español Plácido Domingo como un voluntario más, produjo en nuestro país y principalmente en nuestra ciudad un movimiento social de la más profunda diversidad, sindicatos de toda índole, cooperativas, activistas y colectivos homosexuales, organizaciones de vecinos damnificados, deudores de los bancos rapaces, anarquistas y grupos de los sectores más vulnerables, todos, de verdad todos, se unieron para responder a una tragedia la cual rebasó, como era de esperarse, al mal gobierno del país y la ciudad. La coyuntura fue inmejorable, una ciudadanía que comenzaba a asumirse responsable de su presente y su futuro comenzó a permear en el país, un sector político que se escindía del partido hegemónico y que se legitimaba entre los políticos de la izquierda histórica mexicana; ciudadanía y políticos se acercaban como no lo hacían en cincuenta años ¿el resultado? La esperanza de un cambio de rumbo, de un futuro mejor. Y llegó. No de la forma que todos hubiésemos querido, la sombra de un fraude electoral, la guerra sucia, y una guerrilla en ciernes, frenaron en seco la esperanza para el país. ¿Se perdió todo? No, la pujante y participativa población de la Ciudad de México se decidió por un camino político diferente y el futuro fue muy bueno, hoy por hoy y a pesar del devenir político la Ciudad se levanto y está de pie. ¿Qué falta?

   No cabe la menor duda de que nuestros países, España y México, mantienen un vínculo indeleble que se afianza cada vez más. Nuestros pueblos se entrelazan y ni el vasto atlántico es barrera para continuar esa ancestral e inquebrantable relación, el dolor nos ha hecho hermanos, otra vez.

   España tiene el próximo domingo elecciones generales durante las cuales entre otras cosas se define a su presidente, ahora les toca a ellos una gran coyuntura histórica no menor, después del fenómeno que fue el 15-M de los Indignados y sus grandes aglomeraciones de gente harta del mal gobierno. La sociedad civil de todos los estratos y gremios llegó a un punto de gran lucidez política logrando articular la fuerza del movimiento en mención y que devino en organizaciones políticas como el partido Podemos o Barcelona en Comú, el primero colocando cinco Eurodiputados y el segundo ganando la Alcaldía de Barcelona para Ada Colau, una activista y víctima de los “desahucios” inhumanos que se han dado en toda España. Son logros no menores como también lo son, desde mi óptica, la politización de la sociedad y la simpatía con la gente de a pie combinados con bases ideológicas sólidas y frescas. Este domingo España tiene, nuevamente, la oportunidad de trascender y dar un paso al frente no solo en el beneficio de su pueblo sino también en una vanguardia política que empuja en el mundo con sus debidas particularidades.

   En esta tan visible, deseable y palpable ola de optimismo social y político, tan parecida a nuestros 1987 y 88, podemos destacar un elemento que no se maduró en nuestro país y parece que en España va por muy buen camino, me refiero a lograr una ideologización en las mayorías, por supuesto que en las minorías también, con bases teórico-prácticas fundamentadas y con buena aceptación. El internet se ha convertido en una herramienta para este despertar español, las redes sociales y los medios de comunicación tradicionales de igual forma han sido utilizados a favor de la difusión y consolidación de estas ideas. En España, este domingo el gran ganador será el pueblo.


   Uno de los protagonistas en el sentar bases y echar cimientos sólidos, tanto en el movimiento social y en Podemos, es Juan Carlos Monedero. Nombres como Pablo Iglesias, candidato presidencial, Íñigo Errejón quien ocuparía la vicepresidencia y otros tantos, figuran entre los pensadores y difusores de esta filosofía que refresca la esperanza de un pueblo que ha vivido tiempos difíciles pero que su resiliencia se hace patente cuando es vital y necesaria. Monedero, quien últimamente estuvo en México, y a quien tuve oportunidad de escuchar en dos ocasiones, es un filósofo, de formación en Ciencias Políticas por la Complutense de Madrid con doctorado en la Universidad de Heidelberg, Alemania, profesor de su alma mater, fue asesor de Hugo Chávez en materia de capacitación a los “cuadros políticos” y fue hasta hace unos meses secretario constituyente de Podemos, también es el presentador en La Tuerka y en Público TV programas televisivos de debate político; como toda figura disruptiva y contestataria Monedero ha sido blanco de cierta guerra sucia mediática, situación que no disminuye en lo mínimo su participación activa en la formación y consolidación de los cuadros del partido a lo largo y ancho de España.

   Es precisamente su libro Curso urgente de Política para gente decente, publicado en 2013 en España y este año en México, el que condensa su visión y su proyecto de ideologización y politización. El terreno es inmejorable y su forma didáctica de estructurar y desarrollar los temas es sobresaliente, con ejemplos frescos, un sinnúmero de citas, chistes y sentimientos-razonamientos a flor de piel Juan Carlo Monedero hace gala de su experiencia docente pero también de su intensa sensibilidad por el dolor ajeno. Este Curso Urgente, plantea una nueva forma de configurar conocimiento que siempre ha estado ahí y de amalgamar conocimiento nuevo con dosis fuertes de práctica heterodoxa e innovadora.

   El 15-M produjo algo más que manifestaciones y escozor social, produjo un proceso que Monedero sintetiza en cinco verbos imperativos: Doler, saber, querer, poder y hacer; verbos que han sabido explotar y transmitir a sus adeptos que no son pocos en España y en el mundo, este Curso Urgente es un elemento a destacar en este brote social pues muestra que no es suficiente con salir a las calles, con quejarse, con gritar consignas, como tampoco es suficiente con organizarse y fundar un nuevo partido político, pues sin dejar de lado esto es de suma importancia generar conocimiento a partir de esa experiencia intensa.

   Al México de 1988 y de 1994 le faltó un Curso Urgente, a la Ciudad de México de 1997 a la fecha también. La ideología estaba, la gente estaba, el sistema ganó, pero en palabras del propio Monedero a pregunta expresa durante su visita acá dijo “México no debe buscar un Podemos, debe buscar un 15-M”. Tuvimos nuestro 2 de octubre, nuestro 10 de junio, nuestro 19 de septiembre, nuestro #YoSoy132, tuvimos un gran avance en la Ciudad de México, pero esto no ha sido suficiente; la coyuntura en nuestro país se antoja para revolucionar el panorama, el futuro se antoja promisorio; empecemos pronto para hacer temblar al sistema como hoy tiembla el sistema español, es posible ¿Podremos? Comencemos por leer este magnífico libro.

Les dejo el índice

El libro que quería ser una subversiva caja de herramientas
Noticias desesperanzadoras de P. Disculpen las molestias, pero la ciudad estaba abajo

1.       Panfleto desde el país de los perplejos.
Razones para no entender nada o para entenderlo todo
Tarea para pensar la democracia en casa I.
2.       No era verdad que fuéramos tan egoístas
Tarea para pensar la democracia en casa II.
3.       Las palabras tiene dueño o de los indios que bautizaron un cochino
Tarea para pensar la democracia en casa III.
4.       ¿Qué es política? ¿Qué es democracia?
Tarea para pensar la democracia en casa IV.
5.       La cartelización de los partidos políticos y la profesionalización de los movimientos sociales
Tarea para pensar la democracia en casa V.
6.       El estado que tanto puede:
antes te mataba, ahora no te deja vivir…
Tarea para pensar la democracia en casa VI.
7.       Vivir en sociedad: Robinson Crusoe y la ciudad que llevamos por dentro
Tarea para pensar la democracia en casa VII.
8.       Democracias de tan baja intensidad
Tarea para pensar la democracia en casa VIII.
9.       No sabemos lo que queremos pero sabemos lo que no queremos: el mosaico de nuestra democracia
Tarea para pensar la democracia en casa IX (y última).

Noticias esperanzadoras de P. Gente decente que se ha puesto en marcha

Agradecimientos, algunas fuentes y un espejo

jueves, 10 de diciembre de 2015

Las ferias internacionales del libro, a propósito de la FIL 2015


Terminaba el día y el herrero aun miraba la yerra recientemente salida del molde. Por las noches solía acariciar aquel manuscrito con el evangelio de Juan, aquel que le había obsequiado el obispo por sus excelentes servicios, el herrero no conocía el latín pero sabía bien lo que decía la última línea y era esa la que lo obsesionaba: “Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir”.

         Lo que pasó después con aquel herrero de Maguncia es bien conocido, la imprenta potenció la reproducción de los libros escritos y fomentó la producción de todavía más de ellos. Han pasado siglos de que la industria editorial naciera y con ello una nueva forma de concebir un libro, las minucias del oficio, los asegunes de las leyes reguladoras, las prohibiciones históricas de tal o cual título, el nacimiento de los premios, entre muchos otros elementos han forjado la actual industria editorial, han configurado la nueva manera de ver al libro, incluso hoy por hoy el libro impreso se enfrenta a la llegada de un familiar suyo al cual aun no se sabe cómo tratar, el libro electrónico o digital.

         La condensación de la historia del libro, sin duda, se puede vislumbrar en las ferias del libro, pero en la FIL (Feria Internacional del Libro de Guadalajara) más, los organizadores han sabido crear un atmósfera única, una mística sublime y una magia palpable; igual seas escritor, editor, empresario o un simple mortal, la FIL te atrapa y te lleva por donde ella quiere, un organismo vivo de tal naturaleza tiene esa virtud. El artífice de este titán de los libros que es la FIL, Raúl Padilla, no tiene empacho en declarar que es la feria en su tipo más grande de América, la más grande en Español y la segunda más grande el mundo, y que su principal objetivo es el negocio, lo cual no afecta en lo más mínimo la importancia que la FIL tiene para México y el mundo, sin embrago sirve para ponernos los pies en la tierra.

         Fue hasta que me encontré de frente con Irvine Welsh y que pasó caminando junto a mí Salman Rushdie con un séquito de guaruras del Mossad, donde reparé en que el invitado especial este año fue el Reino Unido, es tradición también que el invitado especial ofrezaca una serie de presentaciones musicales de primer nivel, las cuales este año no restaron calidad sin embargo no fueron un Muse o un Coldplay y mucho menos un Radiohead. Además de autores mundialmente conocidos también puedes encontrar a casi cualquier autor local, no falta la foto con Juan Villoro, con Jorge F. Hernández, con Jorge Volpi, o la charla futbolera con Julio Patán, incluso el intercambio de impresiones con Bernardo Fernández BEF, entre muchas otras posibles combinaciones, incluyendo al premio FIL 2015, Enrique Vila-Matas o a los siempre sonrientes Paco y Benito Taibo.

         Tanta fiesta y romería, lo ríos de gente, las luces y la algarabía en general, además de las características mencionadas de la FIL y que comparte con otras ferias del libro, casi logran eclipsar una verdad fantasmal, un hecho innegable, una vergonzosa realidad: el mexicano no lee. Carlos Monsivais en alguna de sus innumerables participaciones públicas mencionaba que los mexicanos somos Analfabetas Prácticos, es decir que sabemos leer pero no leemos, sabemos escribir pero no escribimos. No hace falta echar un vistazo a las encuestas, la del INEGI, la de la OCDE, incluso la nueva encuesta del Gobierno del Distrito Federal respecto al “consumo cultural”, para saber y no solo intuir, saber de cierto que en nuestro amado país no se lee.

         Pero, si en México es evidente que no se lee ni por error, de qué van las ferias del libro y más las Internacionales. Existe una élite alrededor de los libros, desde los empresarios, editores, escritores, hasta los lectores y verdaderos groupies, sin mencionar a la base de la pirámide que son los compradores compulsivos; este no menor grupúsculo cupular de empresarios, editores y escritores encuentran en la FIL y otras ferias, pero más en la FIL, un premio a su esfuerzo, que no es poco. Me explico, en este país ser empresario, connacional o extranjero, es ya de por sí un mérito, pero ser empresario editorial es una aventura extra que  no siempre es divertida, lo mismo sucede con los editores y los escritores, las condiciones de este país son adversas aunque paulatinamente esto vaya cambiando no es lo mismo ser empresario, editor o escritor en Europa que acá. Es aquí en donde encuentro la ambivalencia de este tipo de ferias, por un lado se encuentra el valor de la élite mencionada la cual no es culpable de su éxito ya sea empresarial, editorial o artístico; y por otro lado está la base de la pirámide, los esclavos de la compulsión a la compra, aquellos que creen leer porque tienen libros en su sala, en su oficina, también están los buitres hermoseadores de bibliotecas que están a la espera de “un cacahuate pa´l chango”, o bien un donativo para la biblioteca a su cargo sin que este haga más eco que en el inventario y en la “palomita” para el funcionario en turno.

Estos dos protagonistas, la élite y la base, se tocan en dos escenarios durante el fenómeno de las ferias del libro, uno es el consumo cultural que la base ejerce como su derecho a pretender ingresar al mundo de la lectura que en este caso incluye la “farándula” respectiva que se da en la FIL; el otro es, sin afanes alegóricos, el escenario en que las musas griegas, los espíritus de grandes como Paz, como Pacheco, Chumacero, Rulfo, García Márquez, Benedetti, Borges, Cortazar, Neruda, Mistral, Víctor Hugo, Dumas, Munro, Murakami, Grass; el contacto sublime con los libros y con las letras, lleva a la persona humana a una epifanía, a la revelación de leer.

          Maguncia, Alemania, se encuentra a treinta minutos de Fráncfort la cual es la ciudad donde se realiza la feria del libro más grande e importante del mundo, no creo ni por un minuto que esto sea coincidencia; y este dato me hace pensar en un herrero exhausto que después de varios intentos, después de insomnios y cansancios, de desalientos y burlas, moja los tipos móviles con tinta, coloca el papel receptor y lentamente atornilla la otrora prensa de vino, para después de unos segundos desatornillarla y vislumbrar el producto de su invento, la hoja impresa, el libro.


         Después de ser vomitado por la FIL 2015 llegan este tipo de reflexiones acuñadas poco a poco entre sus pasillos, su bodega, su gente, mi stand (ganador del premio al mejor) y los otros, pareciera que realmente combatí contra algún titán y que moribundo espero recuperarme de ello. Lo cierto es que sin estas ferias, sin la FIL, el asunto sería peor, ya vendrá una transición hacia algo nuevo, ya vendrá la FIL 2016 y la oportunidad de estar ahí siendo testigo de la historia desde la primera fila, hoy me quedo con una indigestión de libros, los cuales ya esperan desesperadamente a ser leídos.