miércoles, 2 de marzo de 2011

Explorando la Prédica

Quiero que quede muy, muy claro que este segmento NO ES categóricamente y de ninguna manera, una CRÍTICA, ni un comentario de la predicación de la congregación a la que asisto, es más bien una profunda REFLEXIÓN PERSONAL, de los temas o conceptos en los que he pensado durante la semana y que algunos los contuvo dicha prédica o no.

La Religión desde la razón...

Hace unos días un amigo mío, amigo desde hace 15 años con quien platicaba vía facebook me hizo un comentario que al principio me molestó un poco, pero analizando creo que tiene razón, ¡siempre termino hablando de religión! En efecto, cuando se aborda cualquier tema generalmente me remito a las enseñanzas de mis creencias “religiosas” y es aquí en donde encuentro una muy interesante reflexión al respecto. El ser humano es un ser integral que se mueve en ámbitos físicos, mentales-emocionales y espirituales, pero en cuestión espiritual es en donde todo se concentra, se basa, todo los ámbitos se pueden referir a lo espiritual, solo que desde tiempos inmemoriales, desde el principio de la historia registrada del ser humano se han gestado religiones para normar y regular estas experiencias espirituales desde puntos de vista aunque desde la colectividad al fin y al cabo personales, dogmáticos en cuanto a perspectiva de lo que sucede en este ámbito, el espiritual.

Pero, definamos religión y en cuanto a este término no busquemos solamente en el concepto que ha acuñado la historia, pues la perspectiva sería histórica y carente de sentido trascendental y práctico. La Biblia utiliza la palabra “Religión” con la raíz griega (θρησκεία) threskeia, que se usaba para referirse a el temor irracional hacia alguna deidad o ente espiritual, de hecho los judíos eran tachados con este término pues mantenían una veneración bizarra hacia sus ritos y ceremonias. Ya en el Nuevo Testamento en la carta de Santiago se reprocha esta actitud de ritualismo de los nuevos cristianos procedentes del judaísmo y se les exhorta a una práctica activa de sus nuevas creencias. Continuando con el concepto de Religión, y aplicándolo al cristianismo, desde la institucionalización de la Iglesia por el emperador Constantino en la primera década de los años 300 d.C. la actitud general de la Iglesia, como religión oficial y cabe mencionar que al decir oficial incluye lo legal y lo permitido por el estado, ha sido una actitud de “Non plus ultra” naturalmente con el propósito de autoerigirse como el máximo regulador de la actividad práctico- espiritual de los adeptos, en el caso del Imperio Romano de todos los ciudadanos; actitud y postura que ha trascendido en el tempo; es entonces que en nuestra sociedad con fuertes antecedentes y bases en el Imperio Romano se haya gestado un concepto de “Totalitarismo” en cuanto a la religión. En conclusión la Religión puede definirse como “La estructura reguladora de las actividades espirituales del sector adepto a la misma basado en dogmas con los que controlan sus prácticas espirituales, personales y sociales”, cabe mencionar que en muchos de los casos las religiones son sinceras en sus intenciones pero también intolerantes y excluyentes.

El Cristianismo cuenta con 2,100 millones de adeptos en el mundo, el Islam con 1,820 millones y el Budismo con 200 millones, las cuales son las religiones mayoritarias en el mundo. Pero entonces surge la pregunta que en esta reflexión es la incógnita central:

¿Jesucristo fundó una religión?

La respuesta la da Él mismo en el capítulo 7 de Mateo a partir del versículo 15 en donde descalifica al dogmatismo predominante de la época entre los judíos y de donde podemos transportar a la actualidad el mismo principio, no era su intención fundar una religión, fue después que se generó una forma de regulación de los grupos de adeptos que se creaban alrededor del mundo hasta la institucionalización, reforma y modernización de “La Iglesia”. Actualmente a menor o mayor grado las religiones incluidas las pequeñas denominaciones mantienen un dejo de religiosidad (desde la definición anterior) que vicia el objetivo principal del mensaje de Jesucristo y sin ningún autoanálisis que los lleve a la praxis realista, se auto idealizan y enfrascan en una monotonía que “vacuna” a las personas que ávidas de una experiencia personal con Dios, se encuentran con personas que promueven su religión como la “Única y verdadera”.